martes, 29 de octubre de 2013

Testimonio: Dejé la política por principios

Este fin de semana he tenido la oportunidad de conocer la trayectoria política, escasa, de Javier y los motivos que le llevaron a dejar su acta de concejal en una ciudad grande, su ciudad de toda la vida. Javier tiene actualmente 64 años y una amplia experiencia profesional en la empresa privada con importantes responsabilidades. En el año 2007 le animaron a formar parte de las listas municipales, como independiente, de su partido de toda la vida. Aceptó un puesto de salida para no tener responsabilidades de gobierno ya que no quería, para nada, dejar su puesto de trabajo. Antes de cumplir un año como concejal entregó su acta y se fue a su casa decepcionado con lo que había vivido y con una gran impotencia por no poder hacer nada.
 
Javier quiso ser concejal por afán de servicio a su ciudad y porque pensaba que había otras formas de hacer política. Él creía que en política se está para servir a la gente y tratar de buscar los mayores canales de comunicación para poder interactuar con las demandas sociales y tratar a cada uno de los ciudadanos con la mayor personalización posible. "Miguel, en un Ayuntamiento no puede haber siempre números, son personas que se acercan con problemas y dramas personales a los que tenemos que ayudar si o si y esa es nuestra misión. Yo dejé la política por principios".
 
Javier echaba de menos la capacidad de servicio, la cercanía de un político con la sociedad. Vio que no se trataban de cerca muchos de los problemas con los que se enfrentaban. Muchos de sus compañeros se fueron endiosando y alejando de los principios que les había llevado a todos a la hora de entrar en esa lista electoral: servir a los ciudadanos y a su ciudad.
 
En una entrada anterior hablamos de la actitud de escucha necesaria para el desarrollo de una buena actividad política. En este post algunas de las reflexiones que llevaron a Javier a dejar una ilusión que tenía: trabajar por su ciudad y sus vecinos.

Ni todos los políticos son iguales ni todos actúan de la misma manera. Pero es importante que nos demos cuenta de la actitud que cada uno tiene en el ejercicio de su faceta pública y los motivos que le llevan a obrar de una u otra forma. La sociedad demanda, cada día con más fuerza, una mayor cercanía.  

viernes, 25 de octubre de 2013

La economía pela a pela

Ignacio y Manuela es un matrimonio con tres hijos que han salido en varios medios de comunicación contando su caso y cómo la crisis les está sirviendo para valorar lo importante y jugar con lo que tienen. Ignacio es ingeniero agrónomo y Manuela es auxiliar administrativo. En época de bonanza no se preocupaban demasiado por los recibos que les cargaban en el banco, ni por la cuenta en el supermercado, ni los gastos de la tarjeta de crédito,... Como bien señala Ignacio, fueron años donde contabas con lo que tenías y con lo que te daba el banco. La capacidad de endeudamiento era tremenda y nadie te ponía pegas para nada.
 
A pesar del buen sueldo de Ignacio, conserva su trabajo como él dice gracias a un milagro diario, esta familia ha tenido que cambiar sus rutinas, hábitos de consumo y comportamiento. Manuela ha reducido su jornada para poder estar por las tardes en casa y ahorrarse el sueldo de una empleada doméstica. Ahora revisan todas las facturas y recibos y priorizan a la hora de realizar una inversión en la casa. Llevan una contabilidad con la mayor exactitud con el objeto de poder ir ahorrando ante posibles imprevistos del futuro. Antes de invertir en alguna mejora para la casa, por ejemplo, miran precios y piden varios presupuestos. Reutilizan materiales y les dan una nueva función. Cuidan el mantenimiento de las cosas que tienen para que duren más. Inculcan a sus hijos el cuidado de las cosas. Han cambiado de supermercado a uno más económico y empiezan a consumir marca blanca. Este cambio de chip, cuenta Ignacio, le ha hecho ver cómo "antes debíamos ser los mayores contribuidores de una de las eléctricas de referencia porque teníamos todas las luces encendidas siempre. Pero eso ya se ha acabado".   
 
La casi totalidad de los hogares en España llevan tiempo mirando la pela en todo momento, no por tacañería sino por responsabilidad familiar, en unos casos, y necesidad, en otros. Las demandas de la sociedad van por la línea del control de gasto. Si esas son las demandas sociales, no acabo de comprender cómo todavía se leen noticias de Ayuntamientos que realizan inversiones faraónicas, que mantienen un elevadísimo gasto corriente, que mantienen "servicios públicos" sin demasiado sentido y elevado gasto,... Alabo los Ayuntamientos que se han apretado el cinturón como la inmensa mayoría de familias y están llevando una contabilidad a la pela porque es lo que los ciudadanos demandan, municipios que están desarrollando rebajas en sus impuestos en beneficio de todos los hogares, políticos que se saben servidores públicos y tratan de hacer más con menos.

La situación actual lo requiere y la sociedad necesita dirigentes que trabajen siempre en la línea que sus jefes, ciudadanos, y clientes, los mismos ciudadanos, estén marcando en su comportamiento doméstico y familiar. La relación con cada uno de sus públicos será en una misma esfera que permitirá mejorar esa percepción existente actualmente. Las cuestiones económicas no sólo tienen que ver con la macroeconomía del país sino que cobran una enorme importancia en el esfuerzo diario de cada una de las corporaciones locales y afecta tanto a los que están en gobierno como a los que deben ejercer un control desde la oposición. La economía pela a pela es una responsabilidad de todos por cumplirla y exigir que se cumpla.

jueves, 24 de octubre de 2013

El complejo de lo complicado

EXPRESIÓN COMPLICADA: Los fondos internacionales interesados en Novagalicia no podrán cobrar dividendos durante un periodo de plazo de abstinencia que oscilará entre dos y tres años.
EXPRESIÓN SENCILLA: Los que van a comprar Novagalicia no cobrarán beneficios en dos o tres años.
 
EXPRESIÓN COMPLICADA: El órgano emisor adjudicó letras a nueve meses garantizando rentabilidad al vencimiento del 29 por ciento inferior a la subasta anterior.
EXPRESIÓN SENCILLA: España capta dinero un tercio más barato que el mes anterior.
 
Estos son dos ejemplos, entre todos los que quieras, de mensajes enviados al conjunto de la población en donde parece que no se ha pensado, para nada, en el receptor del mismo. Es curioso comprobar cómo se está asentando en nuestra forma de comunicar el "complejo de lo complicado". Ese complejo que nos hace articular los mensajes del modo más complicado posible para tratar de transmitir un enorme grado de conocimiento sobre la materia de la que se trata. Este complejo sólo intenta, en gran parte de los casos, tapar las carencias, inseguridades, desconocimiento,... 
 
Lo más sencillo siempre es lo más eficaz. Eso sucede en todo. Cuanto más fáciles haces las cosas, logras una mejor penetración en los públicos a los que te diriges y logras una enorme credibilidad. Haces partícipe a la gente de tus proyectos. Todos te entienden a la primera. Todos están en la misma esfera de lenguaje. Todos participan. Entonces, ¿por qué vamos de esnobistas y mantenemos el "complejo de lo complicado"?
 
Las cosas, no sólo en política, hay que hacerlas fáciles. Piensa también si en tu día a día, en tu vida cotidiana te dejas llevar por este complejo. La sencillez en el razonamiento, la sencillez en la palabra nos acerca, siempre, a la gente a la que nos dirigimos. Un político no va a dejar de ser político ni va a tener menos prestigio si emplea un lenguaje llano y sencillo. Al contrario, lo complicado ya no gusta, necesitamos cercanía y sencillez, siempre dependiendo del foro donde estemos y al público al que nos dirijamos.  

martes, 22 de octubre de 2013

La humildad es una muestra de fortaleza

Pedro Luis tiene 59 años y ha trabajado toda la vida en una clínica privada especializada en la espalda y sus dolencias. Empezó como médico residente hasta que llegó al puesto de gerente que ocupa en la actualidad, un trabajo nada médico y menos aún quirúrgico. Josefina es su mujer y a sus 58 años le han detectado una gran hernia lumbar que le tiene postrada en cama. Pedro Luis tiene la solución ya que conoce a los mejores profesionales de la especialidad que trabajan en su hospital. Él es especialista en ese campo pero ya no está a la última a pesar de que sigue leyendo, estudiando e investigando los nuevos avances médicos. Pedro Luis quiere lo mejor para su mujer y no lo duda ni un segundo. Durante este proceso, no le da tiempo a reconocer sus limitaciones porque ni se plantea ser él quien opere a su mujer quien necesita un buen cirujano.  
 
En política, de modo normal, ocurre todo lo contrario al ejemplo anterior. El político, más si es municipal, suele pensar que conoce todo lo que sucede (hace su propio análisis) y sabe cómo aplicar una solución eficaz a esa situación inicial. Nos encontramos con grandes soberbios que no saben reconocer sus errores, que viven en una jaula de oro y que están del todo alejados de la sociedad. Hay cosas que deberían ser normales en el funcionamiento político y que están completamente alejados de la realidad. Entre otras:
 
1. El político debe dejar de rodearse de palmeros y empezar a tener gente válida alrededor que le diga la realidad de las cosas. Hay que dejar de vivir en una burbuja.
 
2. Ante determinados problemas existen una serie de soluciones que las aporta un profesional. Olvidar la intuición y dejar de creerse el mejor en todo. Trabajar la humildad como primer paso para lograr una cercanía con los votantes y públicos.
 
3. Reconocer los fallos. Es imposible que todo le salga bien a una persona porque somos humanos. Y es propio de los humanos tener fallos y debería ser una constante reconocerlos. Al contrario de lo que dicen muchos, yo soy de los que piensa que la humildad para reconocer un fallo determinado es la puerta de entrada a un incremento de humanidad, credibilidad, prestigio,... y para nada una debilidad.
 
Al igual que Pedro Luis que recurre a un gran profesional para operar a su mujer buscando lo mejor para ella, en política ocurre exactamente lo mismo, siempre y cuando salgamos del "yoismo" que tienen los políticos y que les convierte en un centro de todo, y por lo tanto, en el centro del problema. Hay una ciudad en España en donde un partido político pierde, elección tras elección, importante número de votantes. Una ciudad donde el "yoismo" está instalado con fuerza en la figura del portavoz municipal quien conoce todo, sabe de todo, critica todo y al final, no consigue absolutamente nada. Reconocer, con humildad, nuestras propias carencias nos reforzará las virtudes y fortalezas que poseemos. Al contrario de lo que piensan estos "yoistas", no sólo no muestra debilidad sino que refuerza la propia figura del político.
 

lunes, 21 de octubre de 2013

La actitud de escucha

"Primero observa, argumenta después", cita de Jean H. C. Fabre, nos dice mucho sobre la realidad de las diferentes esferas de la comunicación que nos encontramos entre los ciudadanos y los políticos. Tratemos de enfocarlo siempre en positivo ya que se trata de sumar y aportar y no únicamente de realizar críticas. La suma de todos, slogan de campaña de la comunidad de Madrid, redundará en una mejora, sin duda, del bienestar de todos los que estamos implicados, la sociedad.
 
Decía que existen dos esferas en la comunicación que corresponden a cada uno de los agentes implicados. Por un lado tenemos a la sociedad civil con una serie de inquietudes y, por el otro, a la clase política con unas líneas teóricamente marcadas. Es frecuente encontrar mensajes, discursos, razonamientos, medidas, actuaciones,.. realizadas por los políticos que no sólo no importan a la mayoría de la sociedad sino que logran transmitir unas percepciones erróneas de lo que se está haciendo. De ese modo, no sólo no se consigue llegar a sus distintas audiencias sino que se llena de ruido la comunicación.
 
Imaginaros una familia, un matrimonio, en donde el marido tiene una serie de preocupaciones e inquietudes que quiere ir solucionando para las que busca unas respuestas y su mujer se muestra ajena a todo eso, que le afecta directamente, y trata de temas que no sólo no solucionan los problemas presentes sino que le aleja, poco a poco, de la realidad cotidiana. Recientemente he conocido casos, con una enorme pena, en donde esta doble esfera de comunicación ha llevado a la fractura de matrimonios perfectamente asentados durante muchos años. Cada uno de los dos esperaban cosas diferentes del otro. Esa doble esfera, prolongada en el tiempo, incrementa la desconfianza y facilita la ruptura. Era como si cada uno tirara hacia su lado sin mirar por el otro partiendo de la inexistencia de una actitud de escucha, de interés, de proyecto en común.

Si aplicamos ese mismo ejemplo a la relación de los políticos con la sociedad nos encontramos, definitivamente, con la misma consecuencia final. Cada uno de los dos espera algo diferente de lo que se está dando. Y yo me pregunto, ¿Tan complicado es buscar una misma esfera que sume, aporte, implique y facilite el desarrollo de un mismo proyecto en común? ¿Es tan complicado que nuestros políticos sitúen sus mensajes en el plano que tiene la sociedad? Esta claro que aquí no hay nadie más listo que el otro pero sí existen unas personas que deben trabajar, para eso son elegidos, en beneficio de una sociedad que espera, demanda y necesita una serie de acciones determinadas. La esfera de la comunicación debe situarse en la misma línea para que, entre todos, seamos realmente una suma. Si los políticos hablan y lanzan mensajes que no llegan a la sociedad y que va causando cada día más desgana entre sus públicos, ¿Por qué no se empieza por conocer cuales son las demandas de esos públicos? La solución resulta sencilla cuando procuramos mirar por el resto. No es cosa de un día aislado sino de una constante en el tiempo con resultados ciertamente gratificantes.
 
Comenzaba este post con una referencia  a Jean H. C. Fabre quien dice: "Primero observa, argumenta después". En nuestra vida diaria lo importante es observar, escuchar. Si cumplimos este primer paso, podremos argumentar en la línea de lo que conocemos. De esta manera, nuestro mensaje siempre estará en la línea de lo esperado por quien lo recibe. Esta realidad marca un punto importantísimo en la relación de confianza necesaria, siempre, para trabajar con eficaz la persuasión y lograr una mayor credibilidad entre nuestros públicos. Mantener una actitud de escucha permitirá que lo que digas irá bien enfocado. Aléjate de la palabrería y centra el tiro ante lo que realmente se demanda, evitará ir incrementando la ruptura que, hoy por hoy existe, entre unos y otros. Las acciones bien enfocadas siempre suman.

viernes, 18 de octubre de 2013

Sólo gana quien hace la calle

En una conversación reciente, una persona me explicó que su trabajo consistía en hacer la calle porque su negocio y su sustento económico estaba siempre en la calle. Es un magnífico comercial que pertenece a ese colectivo que supera las miles de personas en España estando censados más de 50.000 en el Consejo General de Colegios de Agentes Comerciales de España. Nos contaba cómo hacer la calle era la manera perfecta para estar en contacto con sus clientes y posibles clientes. Su forma de fidelizar y de estar pendiente de lo que sus audiencias le están demandando sea o no de su sector. Para Francisco, estar en la calle es su modo de vida y su pasión. El trabajo de oficina lo limita al mínimo porque su sitio es con la gente.

La profesión más antigua del mundo tiene sus clientes en la calle. Sin entrar en matices morales o estéticos, es allí donde satisfacen las demandas de sus clientes y donde encuentran nuevas oportunidades de negocio. Como bien se suele decir, el negocio está en la calle para todas las profesiones. Si palpas la calle podrás crecer y sabrás qué demandas tienen cada uno de tus públicos. 

Hablamos de clientes. Hablamos de la calle. Hablamos de estar presente en el día a día de la gente. Hablamos de trabajo esforzado, diario y constante. Hablamos de estar en contrato contínuo con nuestros clientes actuales y potenciales. Hablamos de estar donde debemos estar y de hacer lo que tenemos que hacer. Si el negocio y mis clientes están en la calle...¿Qué pintaría yo sentado en un despacho? 

Existe una profesión que muchas veces es ajena a esta realidad: la política. La política municipal, la política de los vecinos, de los barrios, de los comercios, de las asociaciones, de las familias, de la economía doméstica. La política de los hechos cercanos, de las acciones cotidianas, de la preocupación constante por cada uno de los vecinos de mi localidad. La política auténtica que debe ser la escuela de los grandes políticos de un país. ¿Por qué los ciudadanos no logramos tener esa cercanía necesaria con nuestros políticos? ¿Por qué sólo les vemos cada cuatro años coincidiendo con las campañas electorales? ¿Por qué no nos transmiten esa preocupación?

 
Indudablemente, no todos los políticos son iguales. Existen muchos que están presentes en el día a día e interactúan con los ciudadanos con una gran accesibilidad y cercanía. Ahora bien, si los comerciales hacen la calle porque ahí están sus clientes, todos los políticos de los pueblos y ciudades de este país deberían seguir esa máxima y estar pateando y recorriendo cada una de las calles de sus municipios hablando y solucionando las preocupaciones y problemas de los ciudadanos. Esa es la auténtica política, la más cercana. La política que deja poso porque transmite un interés real por cada uno de los ciudadanos en el día a día y no sólo cuando se acercan las elecciones. Qué importante y bueno sería empezar a hacer la calle para recuperar esa cercanía y fomentar la confianza. Lo merecemos todos, tanto los políticos como los ciudadanos. Sólo es cuestión de planteamientos. 

jueves, 17 de octubre de 2013

Papá, ¿a dónde vamos ahora?


Mi hija mayor, tiene menos de tres años, siempre que salimos de casa hace la misma pregunta, Papá, ¿a dónde vamos ahora? A partir de ese momento empezamos un diálogo en el que hay que adivinar muchas de las preguntas que hace con su "lengua de trapo" que siempre van en la misma dirección: saber a dónde va y el motivo por el que va a ese sitio. Todavía no hemos llegado al punto donde los niños hacen la pregunta de siempre, ¿Cuándo llegamos?, algo que por naturaleza llegará tarde o temprano.

Como el lenguaje es para ellos una adquisición reciente, quieren ejercitar su habilidad para preguntar y responder y es una fase completamente normal en su desarrollo. Los niños quieren saberlo todo y no admiten un no por respuesta.

Podríamos decir que, dentro de sus capacidades, el niño necesita también tener una seguridad en las cosas que realiza. Saber que, con sus padres, hará una serie de cosas por un motivo determinado que, muchas veces, no alcanzará a comprender. Pero son felices cuando obtienen sus respuestas. Si a los niños no se les da respuestas no se fomenta su seguridad.

Ahora bien, esa "necesidad" de conocerlo todo que tienen los niños, también la tenemos los adultos. En reuniones de café, conversaciones en la barra de un bar, comidas con amigos, reuniones de trabajo,... surgen numerosas preguntas e interrogantes que la gente no es capaz de responder porque no se corresponden con sus propias decisiones, son preguntas para las que no tenemos respuesta porque pertenecen a la esfera política y ahí, la comunicación siempre falla. Al no tener respuestas se genera una gran desconfianza e inseguridad porque no se conocen los objetivos ni motivos que mueven las decisiones políticas.

Todos sabemos lo que queremos hacer, a dónde queremos llegar y el motivo por el que hacemos una u otra actividad bien sea en el trabajo profesional de cada cual, en actividades deportivas, en sus relaciones personales y en su faceta familiar. Inconscientemente, aunque no lo tengamos ni escrito ni programado con exactitud, todos tenemos unos objetivos a corto, medio y largo plazo y, en consonancia con esos objetivos, desarrollamos una serie de acciones encaminadas a lograrlos. Aquellos que, por ejemplo, se preparan para hacer un triatlón, se inscriben con meses de antelación. Tienen un objetivo determinado en esa prueba y un tiempo delimitado para preparar cada una de las partes de esa competición donde tienen que ir superando cada una de sus marcas personales, en natación, ciclismo y corriendo. No tendría mucho sentido ir a probar suerte ni confiar en que el día de la competición uno esté al 100% de unas ansiadas facultades. Papá, ¿a dónde vas? ¿Por qué vas a correr? ¿Qué vas a hacer? ¿Por qué nadas?...

Mi hija me pregunta a dónde va porque es algo que le afecta directamente. Ella quiere saber. Un niño pregunta a su padre cuando se preparar para un triatlón porque quiere saber para qué tanta preparación. Un matrimonio planifica juntos sus vacaciones con tiempo. Unos padres inscriben a sus hijos en un colegio determinado por un motivo concreto con una visión a largo plazo. En una empresa se contrata a una persona para que realice unas funciones determinadas con unos objetivos concretos. Un deportista se prepara con tiempo para una competición entrenando y cuidando su alimentación y hábitos de vida. Una pareja joven planifica y organiza su boda con tiempo para que sea el mejor día de su vida y no se les escape ningún detalle. Un publicista estudia y analiza las necesidades de su cliente para preparar una campaña publicitaria que reporte unos beneficios determinados. Un arquitecto estudia las necesidades del cliente y las condiciones técnicas para realizar un proyecto a su cliente. Así podríamos seguir enumerando las diferentes profesiones y situaciones cotidianas en donde siempre tenemos unos objetivos y desarrollamos una serie de acciones concretas para lograrlos. Los niños quieren saber. Los mayores queremos tener las cosas controladas y planificadas.

Cualquiera de los ejemplos anteriores tiene definidos una serie de públicos a los que dirige, a los que rinde cuentas de lo que hace y a los que mantiene informados de los avances del proceso. En política, por desgracia, casi no existe la definición de públicos afectados ni segmentados ni delimitados, es una esfera donde se realizan acciones y muchas veces no conocemos los motivos. Un ganadero de una provincia del sur de España me dijo en cierta ocasión que la política, para él, era cuestión de fe porque no tenía pruebas de lo que le estaban prometiendo y tenía que creer en que las cosas iban a ser como le habían contado.

En la descripción del blog se menciona que los ciudadanos somos Jefes y Clientes de los políticos. Nos rinden cuentas cada cuatro años y trabajan por ofrecernos los mejores servicios buscando un mayor bienestar de la sociedad. Si sentamos a cualquiera de nuestros políticos en un aula con 20 niños, ¿Podrían responder a todas sus preguntas? Como decía sabiamente Jorge, la política, entonces, debe ser cuestión de fe.    

lunes, 14 de octubre de 2013

El Plan Estratégico (Segunda Parte)

A lo largo de anteriores entradas en ese blog, hemos ido viendo diferentes características de la comunicación de un candidato político o partido de cara a unas elecciones, contando con que este proceso se realiza con el suficiente tiempo de antelación que permite trabajar la imagen en cada uno de los públicos de interés.  En cuanto a la realización y ejecución de un plan estratégico bien articulado y definido, nos facilita:
 
  • Actuar sobre información científica que obtendremos en los estudios sociológicos que preparemos "ad hoc" para obtener el mayor número de información que nos sea de interés de cara a los objetivos finales de la campaña electoral y al trabajo en cada una de las audiencias que definamos de interés estratégico.
  • Contar con una estrategia clara. Una estrategia básica como punto de partida sobre la que ir articulando los diferentes mensajes. Una línea sobre la que ir ejecutando las diferentes acciones.
  • El mensaje lo hemos interrelacionado con la opinión pública.
  • No existe la dispersión. Todo está medido, analizado, pautado. Lo que se salga de las líneas marcadas no sirve para nada y supone perder tiempo y dinero.
  • Mantenemos un seguimiento. Evaluamos las acciones que vamos desarrollando y tratamos de ajustar las tendencias que nos encontramos en el mercado electoral.
  • Facilita y prevé el manejo de eventuales crisis. Todas las debilidades de nuestro candidato están contempladas en el plan con lo que siempre tendremos un plan de contingencia preparado ante la posibilidad de que esas debilidades se filtren a la opinión pública con el objeto de crear una crisis de imagen de nuestro candidato o partido. Al estar contempladas en el plan, tendremos las correspondientes acciones enfocadas a minimizar esas crisis y volverlas de nuestro lado tratando de convertirlas en oportunidades de crecimiento.
  • Hay un mayor control en el logro de los objetivos. Nos presentamos a un proceso electoral con todos los mimbres asentados y los objetivos definidos. Los objetivos tienen que ser siempre reales con lo que el control del logro de los objetivos que definamos a corto, medio y largo plazo son fácilmente evaluables.
  • Permite persuadir con base científica en cada uno de los posibles escenarios en los que nos podemos encontrar. Esta persuasión es fruto del conocimiento que tenemos del conjunto de agentes del tablero electoral. Persuadir implica tratar de modificar esa percepción en los distintos públicos y diferentes escenarios para lograr que se comporten, en la mayoría de los casos, como nosotros tenemos definido.
 
Es importante tener en cuenta que el plan estratégico hay que redactarlo en las primeras fases de la campaña. Preferiblemente con un año y medio como mínimo de antelación. Se redacta cuando el consultor conoce bien el terreno, conoce al candidato y sabe de sus contrincantes, conoce quiénes están involucrados a nivel interno en el proceso así como poder cuantificar el esfuerzo, los recursos, las acciones, los estudios a realizar,… Este momento inicial es fundamental en el desarrollo de la campaña porque nos va a permitir, entre otras cosas, diseñar y definir los estudios sociológicos, geomarketing, y demás análisis cualitativos que nos sitúen en el escenario real en el que nos encontramos.
 
Un plan estratégico nunca marca las líneas políticas. Es importante que tengamos en cuenta que el consultor nunca hace política, eso es cosa de los políticos.
 

viernes, 11 de octubre de 2013

El Plan Estratégico (Primera parte)

El plan estratégico de comunicación en consultoría política nos marca esa hoja de ruta necesaria sobre la que ir ejecutando las diferentes acciones de comunicación que traten de modificar la percepción que, de nuestro candidato y partido, tienen los diferentes públicos a los que nos queremos dirigir.  Esta línea de trabajo debe enfocarse en un contexto concreto, en un momento particular y con unas condiciones concretas en las que debemos contemplar, como estudiamos en temas anteriores, los diferentes agentes que componen el tablero sobre el que desarrollar el “juego electoral".
 
Un plan estratégico es un documento escrito que contiene los supuestos básicos y las estrategias. Como tal, se convierte en un punto de referencia fundamental que establece todos los parámetros de las actividades que vamos a ir desarrollando a lo largo del tiempo.
 
El plan describe lo que estamos haciendo y cuándo lo estamos haciendo. Lo que necesitamos para desarrollar las acciones y los recursos con los que contamos y debemos priorizar. Existen personas dentro de las estructuras políticas que se resisten a la creación de este plan porque impone estructuras, plazos, tiempos,… La naturaleza humana, donde el ego es una de las partes más importantes en la toma de decisiones en política,  nos lleva a no querer “imposiciones” de gente externa, el consultor político, por parte de muchos miembros de la organización que ven, erróneamente, en cuestión su esfera de poder.  Por lo tanto, es importante que el consultor explique bien a todos los implicados las virtudes y bondades del plan así como los objetivos para sumar el mayor número de adeptos y lograr una unidad en la ejecución del mismo.
 
  • Un plan es como un itinerario de viaje. Describe a dónde vamos, cuándo llegaremos a nuestro destino y lo necesario para llegar al mismo. Evita perder el rumbo cuando amigos, miembros del partido, familiares del candidato,… y todos aquellos que funcionan como expertos por la intuición traten de convencernos de que estamos haciendo todo mal.
  • Es un documento vivo, en continuo progreso. Es un proceso que debe ir adaptándose a las diferentes circunstancias, nuevos análisis, datos, realidades,… Un plan nunca puede ser algo que se prepara una vez y no hay modo de ir ajustándolo.
  • Delimita las líneas en las que nos encontramos dentro del “juego electoral”
  • Un plan es un documento estrictamente confidencial al que pocos tienen acceso y que se trata con exquisita delicadeza y cuidado en todo momento. La filtración de este plan a un partido contrario daría al traste con todo el trabajo y aportaría demasiadas pistas al contrario sobre nuestro propio candidato y nuestras debilidades reales.
 
 Similitudes entre un Plan Estratégico electoral y la planificación de un viaje en el ámbito de lo personal.
 
 

jueves, 10 de octubre de 2013

El tablero del "juego electoral"

El tablero de juego de una campaña electoral está muy definido y se ha escrito mucho acerca del mejor modo de interactuar con los diferentes agentes que lo componen. A lo largo de este post, vamos a dar unas pinceladas en el modo de ser, quiénes lo forman, dónde lo forman, cómo lo forman,…
 
En el llamado “juego electoral” hay muchas opciones y muchos componentes que debemos tener perfectamente situados para poder articular nuestra estrategia contando con las circunstancias de la gran mayoría de ellos. Si somos capaces de jugar una partida trabajada, estudiada, analizada y bien enfocada, nuestras opciones de éxito son siempre mayores.
 
Podríamos decir que el tablero del juego electoral que culminará con la campaña, batalla de percepciones, está formado por:
 
  • Candidatos políticos que concurren a las elecciones. El mío, para el que vamos a trabajar, y aquellos que van a ser los adversarios.
  • Circunscripciones electorales. Lugar físico donde se va a desarrollar la contienda. El tablero sobre el que jugar una partida, con sus divisiones propias en mesas electorales o pequeñas zonas del tablero de juego.
  • Circunstancias comunes a todos los participantes. Situación económica, social o política. Coyunturas normales que afectan de diferente forma a los públicos. Capacidad de inversión, posibilidades económicas, organización interna,.. 
  • Electores. Ciudadanos con edad de votar. Estos ciudadanos se sitúan en cada una de las circunscripciones o mesas electorales. Debemos conocer y tener el mayor número de datos no sólo de su comportamiento electoral sino también de sus inquietudes, problemáticas, preocupaciones, deseos, …
  • Ley D´Hondt. Ley electoral que regula los resultados de las votaciones en función de una variable por mayorías. Es uno de los factores más importantes que debemos tener en cuenta en consultoría política.  


Si quieres tener credibilidad y que todos los pasos que des en tu estrategia tengan éxito, tienes que preparar el tablero con el suficiente tiempo de antelación. Las improvisaciones y las prisas son malas compañeras de vieja en política. El ciudadano percibe durante todo el tiempo y no puedes ponerte a trabajar las percepciones con unos meses de antelación. Si quieres preparar las cosas bien, hazlo con tiempo. Las estrategias deben ser, también, a largo plazo.
 
El desarrollo de un proceso electoral desde el inicio más básico donde se realizan los diferentes estudios sociológicos debe tener en cuenta el tablero sobre el que desarrollar la partida y los diferentes tiempos con los que debemos contar. En una campaña electoral es tan importante nuestro candidato como los oponentes, las situaciones en las que se encuentra la ciudadanía y sus inquietudes y las diferentes secciones censales donde trabajar la activación o desactivación del voto mediante la Ley D´Hondt.
 
El conocimiento de cada uno de los componentes de los que se compone el proceso electoral nos permitirá, como consultores políticos, realizar un trabajo más minucioso, mejor enfocado y con un importante ahorro económico ya que sabremos qué hacer, cómo hacerlo y dónde hacerlo con gran exactitud. La intuición así como los comentarios de la gente del entorno del partido político, sin base científica alguna, deben, cada día, ir dejando paso a la exhaustividad, el rigor y la toma de decisiones en base a estudios, análisis y conocimiento certero.
 
A lo largo de las últimos años, gracias a los avances tecnológicos, se ha ido progresando en el modo de realizar la consultoría política. Antes se funcionaba por creencias e intuiciones, hoy en día se trabaja con conocimiento científico y planes estratégicos a corto, medio y largo plazo. 
 
El “juego electoral” se convierte, de esta forma, en una sucesión de hitos que componen una estrategia. Contemplar y tener presente todos los componentes facilitará la previsión ante eventuales problemáticas así como la ejecución de cada una de las estrategias incluidas en el plan.
 
A lo largo siguientes pots vernos cómo el voto tiene un altísimo componente de sentimiento. El voto es, en gran medida, sentimental. Llegamos a nuestros públicos mediante los sentimientos y conocer bien los participantes en el tablero nos permite ejecutar y motivar ese tipo de voto en nuestro beneficio.
 

miércoles, 9 de octubre de 2013

Lo que dice un político

De modo normal, en nuestro día a día, sabemos el motivo por el que hacemos las cosas. Tenemos una serie de objetivos que vamos desarrollando mediante acciones claras y definidas. Analizamos dónde estamos y dónde queremos llegar. A su vez, para llegar a nuestros objetivos, nos marcamos una serie de acciones para lograrlo.
 
Quien quiere ser un buen médico empieza por estudiar una carrera de medicina para que, una vez definidas sus preferencias, pueda optar a una plaza de MIR en la especialidad deseada donde desarrollarse conjugando su trabajo con publicaciones científicas, formación específica,... Es un proceso largo, no se logra en un día, ni en semanas, se necesitan años para obtener la posición deseada.
 
En política ocurre exactamente lo mismo. Cualquier político, y las personas que le rodean, tiene que tener claro dónde está y a dónde tiene que ir. Pero no sólo consiste en saber y tener claro sus objetivos, sino que tiene que transmitirlos. Un político tiene unos jefes a los que rinde cuentas cada cuatro años y, a su vez, esos mismo jefes son sus clientes a quienes tiene que prestar el servicio adecuado día a día. Los ciudadanos, los votantes, tienen que conocer y saber qué es lo que se está haciendo, cómo se está haciendo y el motivo por el que se está haciendo. En el ejemplo del estudiante de medicina, imaginaos que nunca cuenta ni informa a sus padres los planes que tiene, nunca dice las notas que ha sacado ni las inquietudes, ni sus preferencia en cuanto a especialidad,... Esa actitud crearía un claro desconcierto en sus padres que le percibirían a la deriva, sin rumbo claro, perdido y acabaría en una cierta desconfianza. Lo mismo, exactamente lo mismo, sucede con los políticos en su relación con los ciudadanos. La ausencia de información crea una percepción, mucha veces errónea, que provoca desconfianza, inseguridad y una enorme falta de credibilidad.
 
En política no sólo tenemos que hacer las cosas que repercutan en beneficio de los ciudadanos sino que debemos informar, contar y transmitir los mensajes oportunos que ellos, nuestros votantes, están esperando.
 
Cada día es más importante olvidarnos del periodo electoral y trabajar día a día la percepción que nuestro político tiene entre sus públicos. Olvidarnos de esto nos lleva, directamente, al fracaso personal, político y electoral.

Los ciudadanos esperan conocer qué hacen sus gobernantes (en el caso de estar en gobierno) y qué labor desarrollan los políticos de su partido (en el caso de estar en la oposición). Transmitir mensajes adecuados a nuestros públicos facilitará una mayor cercanía entre la clase política y los ciudadanos que redundará en una mayor confianza. La no comunicación o la comunicación errática incrementa la inseguridad y la desconfianza. Transmite lo que haces y el motivo por el que lo haces. Cuenta los objetivos que tienes a corto, medio y largo plazo. Cultiva la transparencia. En la era en la que estamos no podemos tener a la sociedad desinformada.

En la empresa privada, todos los trabajadores rinden cuentas sobre su trabajo, sobre sus objetivos. La evaluación es constante y el intercambio de información fluido. No tenemos que olvidar que los principales jefes de los políticos son los ciudadanos y que, en política, tenemos que procurar rendir cuentas no sólo cada cuatro años sino de manera constante. Los ciudadanos son los jefes que evaluaran a los políticos y, a la vez, son los clientes que juzgarán los servicios que se prestan. Esta doble visión debería marcar el inicio de las acciones de comunicación que se deben tener con cada uno de los públicos implicados.

A lo largo de este blog pretendo dar una serie de pinceladas que ayuden a generar una mayor credibilidad en la clase política que, a pesar de la imagen que día a día va generando, es de vital importancia para el desarrollo de nuestros pueblos y ciudades.